México debe cambiar su relación ríspida con la administración Biden
Redacción / El Marcador
El discurso del mandatario norteamericano fue discreto, pero con un contenido pertinente para los tiempos que se están viviendo en ese país. “Emitiendo un mensaje de unión y reconciliación nacional”.
Joe Biden llega a la presidencia de los Estados Unidos bajo un contexto bastante complejo y ante una cuádruple crisis, comenzando por la económica y desempleo que se ha venido agravando por la pandemia del COVID-19, asentó Derzu Daniel Ramírez Ortiz, catedrático de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la UPAEP.
En ese sentido, el académico señaló que la segunda crisis que tiene que atender el presidente norteamericano es la crisis sanitaria, en donde este país ocupa el primer lugar con el número de personas contagiadas a nivel mundial; la tercera es la crisis social que se vive a su interior y que viene desarrollándose desde décadas atrás y en donde impera una desigualdad económica, una desigualdad racial y falta de oportunidades y por último, la crisis política, en donde Estados Unidos es un país sumamente polarizado y Biden en su discurso, se comprometió a combatir el terrorismo interno y el supremacismo blanco que imperan en estos momentos.
Dijo que para dar paso a sus funciones, el presidente estadounidense procedió a la firma de órdenes ejecutivas, que son figuras legales que le permiten al presidente modificar procesos administrativos de las diferentes agencias del poder ejecutivo de aquel país para modificar políticas y agilizar recursos públicos para solucionar problemas, sin la necesidad de someterlas a la consideración del Congreso.
Manifestó que entre las primeras órdenes ejecutivas que firmó Biden, están las relacionadas con los cambios radicales que quiere llevar adelante desde el primer día de su mandato, aunque varias de ellas, no significan cambios estructurales, ya que no corrigen tampoco problemas de raíz, acciones que lleva a cabo como una respuesta a los 76 millones de votantes que se inclinaron por él y busca no defraudarlos.
Por último, señaló que el gobierno de México debe cambiar su discurso de fricción en su relación con los Estados Unidos porque puede correr el riesgo de que seamos vistos como “un vecino distante y problemático”; por ello, es necesario cambiar la retórica y establecer las condiciones de colaboración con los vecinos del norte, para mejorar las relaciones con la administración de gobierno entrante.